domingo, 30 de octubre de 2016

Coleccionista de tradiciones


Desde sus años mozos Alejandro Ramos Pérez es muy conocido en Guisa y otras zonas granmenses como cantante y organista; pero  en la actualidad resulta notorio su papel como mentor de noveles músicos junto a Yunier Leyva, quien también es el director de la agrupación El Gallito.
“Preparo a los organistas del grupo Los Serranitos en manivela técnica y Yunier lo hace en percusión”; con las enseñanzas de ambos maestros los chicos ya están a la altura de sus coetáneos, más experimentados.
El conjunto está integrado por jóvenes de  las enseñanzas secundaria básica y técnico-profesional, “Ya hay preparada una segunda hornada de músicos de Primaria para garantizar la continuidad”, dice Alejandro.
“Trabajamos con los más jóvenes pues los organistas, mayoritariamente, frisan los 50 años de edad y esta manifestación musical  parecía perderse”, valora.
Una faceta menos conocida de Ramos Pérez es la de investigador de la música y de las tradiciones criollas en toda la extensión del llano y las lomas guiseras.
“Así me  consta -por ejemplo- que el primer órgano lo trajo a Guisa el poeta Juan Manuel Reyes Alcolea…  
"Ahora estoy concentrado en el rescate de las reinas de los certámenes de belleza; tengo fotos   y documentación de cuatro de ellas e hice los contactos para entrevistarlas, pues esta es una manifestación cultural que  tampoco debe obviarse”, considera.
Hace cuatro años lidera a un grupo cuyos integrantes realizan giras por distintos barrios del municipio con mínimo gasto de transporte  y otros recursos, “es un piquete conformado  por artistas retirados o que ya no se dedican profesionalmente a esa actividad.
“La peña recibe el nombre  Dimitri en concierto por ser este músico algo así como el líder de  ese piquete de artistas”.
Pero, además, Ramos Pérez impulsa peñas del danzón, del bolero “y cuanto ritmo cubano exista” con actividades didácticas muy bien dirigidas a los ´más nuevos´ y entre esas actividades está la enseñanza  de cómo se bailan estos géneros.
“Antes tenía mis dudas pero ahora buscamos, indagamos incluso  acerca del reguetón”.
Aunque jubilado como músico, la incesante actividad  investigativa es para Alejandro una nueva forma de ver y disfrutar la vida.
Según acota Ramos Pérez, en Guisa comenzó la tradición organillera en 1979 “pues nos dimos cuenta que nadie podría suplir los músicos de entonces en caso de jubilación o cualquiera otra eventualidad y comprendimos que la preparación ha de ser incesante”, opina.

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