domingo, 11 de septiembre de 2016

Oficio arrinconado



Ya es inusual ver un sastre en Bayamo,  ya el arte de crear prendas de vestir principalmente masculinas  artesanalmente de acuerdo con las medidas y preferencias de cada cliente, se convierte en un oficio arrinconado en la memoria de los hijos de esta tierra.
Ya ese ritual de ver a un oficial probando una chaqueta al revés hilvanada con hilo claro, preferiblemente  blanco; para después coserla como una verdadera obra de arte ante una máquina de pedal se pierde entre las brumas del tiempo.
Tampoco puede verse sentado a la puerta buscando el fresco de la tarde o el momento de menor actividad para “candelillar” una prenda  pues curiosamente sartor quiere decir sastre en latín y una de las teorías que indican el  origen   de la palabra es que contrayendo el músculo sartorio se logra la posición típica de trabajo del sastre: sentado con las piernas cruzadas.

La extinta revista Carteles tenía una sección de modas y modos masculinos bajo el nombre de sartoriales.
No voy a referirme a antecedentes tan remotos como que 1877 se registra la actividad de 100 sastres en la capital cubana, ni a la Manzana de Gómez y otros lugares capitalinos o de Sancti Spíritus, cuna de la guayabera.
Me referiré solo a   esta porción de Cuba y a los sastres con quienes alguna vez crucé alguna mirada o alguna palabra, a aquellos que hicieron florecer la elegancia típica del bayamés.
Recuerdo al sastre García en la calle Cisneros, vecino del recién fallecido zapatero Noe Castellanos, a Antonio, en la calle Masó, a Chanito en los portales de la calle Figueredo y más recientemente a Vida, vecino de este por la calle Manuel del Socorro. A todos ellos y a otros   cuyos nombres escapan a mi retentiva y que confío que  algún internauta conocedor nos lo revele, dedico este post en agradecimiento por ejercer con tanto acierto tan necesario oficio.
Hoy los atelieres absorbieron el trabajo del sastre ya aquí no hay como encargar un buen traje, a menos que sea en esos recintos  y ahí se fundieron los oficios de sastre modisto(a) o diseñador, pero pongámoslo en boca del famoso Cristóbal Balenciaga.
“El sastre es un hombre que se dedica a cortar y confeccionar a medida ropa de hombre, especialmente trajes y camisas. Lo que quizá no sepáis, es que también existe el término sastra para referirse a esta profesión cuando quien la realiza es una mujer.
La modista es una mujer cuyo oficio es hacer prendas de vestir, generalmente de mujer aunque también de hombre. La modista diseña, “patrona”, crea prototipos, elije tejidos, corta, ajusta, confecciona… En este caso, el término modisto, que se utiliza cuando es un hombre quien tiene esta profesión, está más generalizado que en el caso de la sastra.
La costurera es quien cose las prendas. A diferencia del sastre o la modista, la costurera ni diseña ni patrona. Recibe las prendas ya cortadas y su trabajo es coserlas según las indicaciones que reciba.
El diseñador/a es, como la propia palabra indica, el que diseña. Es la persona creativa que lleva las ideas al papel y dibuja los modelos que serán elaborados a posteriori. El diseñador no tiene por qué saber “patronar” o coser, aunque en mi opinión lo ideal es que un diseñador sepa llevar a cabo todos los pasos de la elaboración de una prenda.  
Como dato curioso el compositor y guitarrista  Pepe Sánchez, creador del bolero, era sastre con clientela abundante y llevaba ese oficio junto con la música, mezcla que despertó admiración y el asombro.

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