Ser
entrevistado por Ehidis, una estudiante
de Historia Pura, quien realiza su tesis de graduación acerca de la personalidad
de la reconocida docente Mercedes Cossío Montejo, reabrió el cajón de mis recuerdos
desde la lejana fecha de 1962.
Ella
fue mi primera profesora de Historia en el nivel secundario y fue tan buena que
nos enamoró a mis compañeros y a mí para siempre de esta disciplina y hoy
muchos de ellos estamos bien pertrechados en esta asignatura que ningún pueblo
debe olvidar.
Mi
amigo Armando Ferriol decidió integrar un curso emergente para profesores y sin
dudarlo escogió las Ciencias Sociales.
Yo
en cambio me decidí por Español y Literatura y en el largo ejercicio del
periodismo muchas veces vienen a mi mente las enseñanzas de esta camagüeyana
que se aplatanó en Bayamo con raíces tan amorosas que es una de nosotros.
Me
atrevo a asegurar que con 100 profesores como ella en Cuba. los estudiantes de
grados terminales y los que no lo son pasearían por la Historia y sacarían
excelentes notas apelando a la nemotécnica, claro sin descuidar el estudio.
Le
confesaba a la casi diplomante que la
cultura que hoy poseo, sedimentada por la academia y por lecturas ordenadas o
desordenadas, le debe mucho a las
enseñanzas de Mercedes.
Además
de una sólida formación nos convocó el desenfado y la alegría que la
caracterizaron hasta el final de sus días y eso lo trasmitió desde sus
inolvidables lecciones que hacía sumamente atractivas por lo interactivo cuando
todavía se arrastraba aquel modo de enseñanza en que los estudiante no tenían
voz y solo podían participar cuando se les indicaba.
Era
una camarada para sus alumnos que e retribuían en respeto siempre merecido.
Una
anécdota que ilustra el altruismo de Mercy, como muchos la llamábamos: el
poblado de Veguita no tenía noven grado y para preparar a los estudiantes de
esa localidad se alistó la secundaria
Básica José Antonio Saco, para ello Mercedes acogió a 10 muchachitas que
estuvieron largo tiempo en su casa; ella
asumió la mayor parte de los gastos.
Ya
después, de adulto, la consideré mi amiga y compartí con ella y Papi, su esposo,
viajes de turismo que recibían de la camagüeyana esas oleadas de alegría que no
abandonó nunca: ya en silla de ruedas asistía a cuanta reunión convocaban la
Unión de Escritores de Cuba y la Asociación de pedagogos de las cuales era miembro
ilustre ya las que ponía su poquito de
picante con sus juicios certeros y
emocionados
No
la vi morir, pero puedo asegurar que una sonrisa coloreaba su rostro.
***
La enciclopedia colaborativa cubana
Ecured reseña así su vida: Mercedes Cossío Montejo. Fue una destacada pedagoga
y escritora cubana.
Contenido
Síntesis biográfica
Nació el 3 de agosto de 1918 en
Camagüey, Cuba en el seno de una familia burguesa, origen que le abrió las puertas
de una educación valedera.
En 1941 se casó con un ganadero
espirituano, cuyas propiedades se encontraban en Bayamo, y a los 23 años de
edad se trasladó a esa ciudad.
Trayectoria
Maestra de profesión, comenzó a
ejercer el oficio en diversos barrios rurales, como Horno Arriba, Cayamas y
Veguitas, y luego en Bayamo, donde unió su vida también a la literatura e
integró la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en la cual se mantuvo activa
como miembro de la Filial de esa manifestación artística.
Hasta poco antes de su deceso, mantuvo
una intensa labor de promoción cultural, que incluyó una peña dedicada al
conocimiento de la historia, la cual tenía como escenario su vivienda, ubicada
en la calle General García, de la Ciudad Monumento Nacional.
Muerte
Fallece el 27 de enero de 2016 en
Bayamo, Granma, a la edad de 98 años [1].
Publicaciones
Tiene publicados los textos Memorias
de una maestra (testimonio), y Amigos (narrativa para niños), y cuenta con
nueve novelas inéditas, entre ellas Calendario de Otoño y Catalina en tres
tiempos.
Reconocimiento
Ostenta, entre otros reconocimientos,
el Sello del Laureado, máxima distinción que confiere el Sindicato Nacional de
los Trabajadores de la Cultura de Cuba, y la condición Educador Destacado del
Siglo XX.
Por la obra de su vida, fue agasajada
con el premio al mérito literario José Joaquín Palma, máxima distinción que
otorga la sección de Literatura de la filial de la Unión de Escritores y Artistas
de Cuba, en la provincia de Granma. Entre sus lauros figuran, además, el Premio
Bayamo, la Distinción Víctor Montero, y el reconocimiento como Personalidad de
la Cultura en Granma.
Referencias
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