domingo, 3 de mayo de 2015

Contracandela en caña

Inaplazable evitar escenas como esta
La sindicalista Mireya Proenza Villalón introdujo el tema de los incendios en la más reciente conferencia en Granma del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros, un asunto de actualidad candente.
Muchas plantaciones de esta provincia pueden verse chamuscadas, llenas de hollín; mientras, operadores de combinadas, macheteros y personal de apoyo (a pesar de usar medios de protección) más parecen carboneros que cañeros.
La integridad de los centrales también sufre, sobre todo para el rendimiento fabril, pues moler caña quemada es veneno para la maquinaria industrial; si el corte es demorado, la tarea prácticamente fue realizada por puro gusto, con evidentes  pérdidas de tiempo y dinero.
Esto indudablemente, deviene vía de escape de azúcar desde el propio surco, por tanto la hermandad apreciada entre estructuras administrativas y sindicales, debe tomar este asunto de la mano, no dejarlo caer en ningún momento, cerrar filas para preservar esa verdad inobjetable y tantas veces repetida: sin caña no hay azúcar, además de poner en riesgo los crecimientos perspectivos delineados para el futuro mediato e inmediato.
Nacionalmente Granma está señalada como una de las provincias con más quemas, triste privilegio, pero más allá de cualquier estadística, es un asunto urgido de la atención de todos. Primeramente, con una vigilancia exquisita sobre los cañaverales, eso ya ha dado resultados tangibles; debe desterrarse toda ç huella de negligencia  o acto vandálico que puedan lesionar  equipos, plantíos y hasta seres humanos.
El movimiento sindical en las unidades productoras debe ser como un león,  en el cuidado a sus cachorros, pero si un hecho de esta índole ocurre, debe tomar la iniciativa para que en las administraciones  nadie dude en denunciar el hecho  con celeridad ante las autoridades correspondientes para la adopción  de medidas ejemplarizantes.
Por eso los sindicalistas han de tener como punto obligado el de las  “hogueras”, en sus reuniones periódicas para sensibilizar a la masa de trabajadores, de modo que la situación se revierta  desde ahora y para próximas campañas.
Recordemos que los cañaverales constituyen patrimonio  de las bases productivas, trabajadores y familias.
Este comentarista ha visto agrocañeros, a sus esposas e hijos derramar amargas lágrimas cuando se evapora de modo cruel parte de su tesoro, de su sustento.
Además, el fuego traidor trastorna la cosecha, implica esfuerzos y gastos adicionales, un rosario de problemas.
Previsión, ataque con energía y enfrentamiento pueden ser pilares para evitar estos siniestros.

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