Este
17 de diciembre fue muy grande para Cuba, Estados Unidos y el mundo, por la
mañana antes del trabajo no esperaba tal alegría, fui a darme “la vuelta” ante
el altar de San Lázaro junto a mi hija Carmen Luisa y el cuarto nieto Diego Alexander
en la casa de nuestra madrina espiritual Nidia Tamayo… cuando Telesur anticipaba
el alegrón Nidia miró a las alturas y exclamó, algo también digno de lo
histórico de este día : ¡En el día de San Lázaro!
Después
vino la cobertura de prensa, sobreponiéndonos a la lentitud de las máquinas y
teniendo que conformar equipos de dos o tres para estar en y referir las redes sociales todo lo
que se estaba opinando en el mundo en torno
al crucial asunto y a la espera de la comparecencia de Raúl, anunciada para
justo al medio día.
La
espera se vio recompensada por la alegría del anuncio de que ya estaban en la
Patria nuestros tres héroes restantes y el restablecimiento de las relaciones
con el vecino del Norte.
El
diálogo constructivo ya está en marcha, con el respeto mutuo como expresaron
Raúl y Barack Obama, se abre una nueva etapa que sin duda traerá beneficios a
ambos pueblos, toda la tarde los medios nacionales e internacionales no cesaron
de trasmitir sus impresiones sobre el hecho que hace historia.
Mensajes
de todo el mundo corroboraron una vez
más que los ojos del mundo estaban puestos en la causa de los Cinco.
En
la noche no pude escribir: el ojo que aún resta por extirpar la catarata me empezó
a dar lucha, pero lo hago esta mañana pensando que ayer fue un muy especial día
de San Lázaro.
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