martes, 10 de diciembre de 2013

“Soy feliz, tengo derecho”


Tiene el don de la elocuencia sin rebuscamiento, las palabras hermosas y plenas de significado les salen “solas”.
Cada mañana  Miralis Álvarez Parra disfruta    el  derecho de ser tratada con dignidad y respeto en  su condición de persona con  discapacidad.
De la misma manera tampoco olvida sus deberes,  el primero  de los cuales es emplear el arma infalible de la cortesía,  no solo  para abrir  puertas, sino   insustituible para llevar a cabo su trabajo como operaria B de la campaña para el control de vectores.
Desarrolla esa labor con ímpetu envidiable  y entonces apenas se nota que padece  de una hemiparesia izquierda (producto de una parálisis cerebral  que le afectó ese lado, aunque ya ha sido rehabilitada), no es severa y ella la considera menos dura aún porque “discapacidad no es  inmovilidad física del cuerpo sino de la mente”.
“Tener este trabajo  y gran interrelación con las personas me ha hecho crecer y ser una mejor persona; algunos allegados aseguran que en el quehacer diario, especialmente para la erradicación del Mosquito Aedes aegypti  siempre trata de hacerse sentir, con ética, profesionalidad y usando la palabra como arma de convencimiento.
“Nuestra labor es muy altruista porque llevamos a las personas la apreciación del peligro de que los vectores, especialmente los que producen enfermedades contagiosas,  pueden ser fatales.
“Además del trabajo incansable de los medios masivos de comunicación les hacemos saber que la falta de higiene y el descuido los pueden llevar a la muerte y es nuestro deber contribuir a  evitar eso.
“Por  tanto,  insistimos  en que los propietarios sean los primeros en realizar un auto examen periódico en sus viviendas, lo peor es que a pesar de las intensas campañas de bien público todavía algunos piensan que a ellos no les toca y ahí sí hay peligro”.
Miralis asume que la Asociación Cubana  de Limitados Físico Motores (Aclifim) y su trabajo  le han ayudado a desterrar   miedos, a crecer espiritualmente y  a sentir plena alegría de vivir.
“Con gusto, mi hijo de 14 años y yo nos  levantamos  muy de madrugada,  nos preparamos   para la escuela y el trabajo,  y en lo que sea y podamos   llegamos a  Bayamo.
“Ya en mi policlínico,  Jimmy Hirzel,  tomo el itinerario que me indiquen y lo  desarrollo con mucho amor.
“Al terminar o  en los momentos libres todavía tengo ánimo para, con la gente de la Asociación allá en mi  barrio El Dátil,   realizar alguna actividad cultural o deportiva.
“La Aclifim trabaja para   eliminar la tristeza en las personas con discapacidad para que  salgamos a las calles y podamos equipararnos con  nuestros semejantes  en todos los órdenes”.

1 comentario :

Anónimo dijo...

Esta muy bueno el nuevo diseño del Blog, felicita a Omar por el trabajo.
Ale te manda un abrazo y un beso.