domingo, 9 de junio de 2013

Su talismán

A las tres de la madrugada el frío costero erizaba la piel de Omar Milanés Martínez, pero él apenas lo notaba: su concentración estaba en arrancar bien, devorar más de 70 kilómetros y llegar a la meta en la Plaza de la Revolución de Bayamo.

Como en un talismán para la buena suerte pensaba en las 84 medallas de oro, siete de plata y ocho de bronce ganadas a puro músculo y tenacidad en competencias de 100, 200 y 400 metros planos, baloncesto, voleibol sentado tenis de mesa.

Pero rectificó el tiro, ese amuleto para la buena suerte era una voluntad que le hizo sobreponerse al rigor de olimpiadas nacionales, especiales, maratones de la esperanza Ferry Fox, a las competencias de Marabana. Por eso espíritu y cuerpo siempre salieron victoriosos y no sería distinto ahora…

Sus manos le imprimen a la silla de ruedas velocidad de vértigo y mientras tanto piensa en otra motivación: celebrar el cumpleaños 31 de vida atlética y los recuerdos viajan a aquel programa a Jugar en 1982, en el que gateando alcanzara el primer puesto.

Cree en esta carrera como el mejor saludo al inminente quinto congreso de la Asociación cubana de limitados físico motores, la institución que cambió su vida para bien.

Pasó por Yara como una exhalación y especuló jocosamente: “Si me aplican la pistola para medir velocidad, seguramente me multan”.

Al arribar a Veguitas solicitó al “ambulanciero” prender la sirena, de ahí en adelante pobladores de Los Cayos, Barrancas, El Entronque de Bueycito y otros asentamientos salían a la carretera para animarlo.

Cinco horas después de salir de la hermosa ciudad del Golfo, Omar asomaba a la Plaza de la Revolución de su Bayamo, patria chica y tierra de amores.

Hombros, brazos y espaldas parecían anestesiados, el sudor se hacía torrente, pero él estaba feliz, allí lo esperaban la esposa y amigos, asociados de la Aclifim y mucha gente de su pueblo.
Ahora planea un maratón por toda Cuba y llegar al Consejo de Estado, para ratificar la fe en la Revolución y agradecer por los bienes espirituales y materiales recibidos en estos 38 años.

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