domingo, 23 de diciembre de 2012

Pateperico

Viejos manzanilleros evocan a este personaje del folklore específico del Golfo de Guacanayabo y, por desdicha ningún entrevistado conoce el nombre real de este músico excepcional que, según algunos, malgastó su arte.

Una malformación congénita lo hizo acreedor del apodo cruel de Pateperico, en la segunda mitad del pasado siglo XX, una época (sucede en todas) en la cual la gente atendía más a la envoltura carnal de sus semejantes que al valor intrínseco que los hace únicos, irrepetibles.

Excelente violinista, alto y de tez muy oscura bien hubieran podido denominarlo el nuevo Brindis de Salas, portentoso instrumentista cubano re-nombrado por su calidad el Paganini Negro.

El manzanillero tocaba casi por amor al arte: en una boda, en una fiesta, en el Círculo Manzanillo, en el Parque Céspedes, en una iglesia… la gente de tarde en tarde lo premiaba con algunas monedas o un regalito.

Podía ser visto y sobre todo escuchado comenzando siempre su miniconcierto con una pieza emblemática:
- Tócale a la jovencita el Souvenir pedía alguien- y allí estaba él para complacer con su arte mayor.

Estas líneas son solo una aproximación al tema, si algún lector o internauta puede ampliar y enriquecer esta historia lo tendremos en cuenta por el bien de la cultura popular cubana que también se nutre de gente común y , a veces, contradictoriamente excepcional.

No hay comentarios :