jueves, 23 de junio de 2011

No dejar quilo con hoyo

Quizás la frase esté un poco envejecida, pero las actuales circunstancias de actualización del modelo económico cubano la traen al presente con vigencia inusitada.

Lastimosamente todavía hay quienes no acaban de aterrizar en la idea de que los municipios podrán gastar solamente a partir de sus ingresos y no dejar a la espontaneidad todo el potencial a recaudar.

Muchas son las vertientes disponibles para ello: cobro de efectos electrodomésticos, aplicación óptima de la política tributaria, las entidades correspondientes, elevar la gestión de venta pero el accionar no debe esperara a mañana.

Otra de las modalidades es el pago de las viviendas habitadas, en algunos territorios de esta provincia acumulan deudas millonarias y esto debe llamar a ambas partes a la reflexión.

Si fue entregada una vivienda a la que faltaba determinado aspecto en su terminación y por ello no se le dio la condición de habitable eso resulta ambivalente pues los funcionarios del organismo correspondiente deben “matarse” hasta terminar la documentación y no dejarla a la buena de Dios o para ver cuando el maná cae del cielo.

Por la otra, ¿a los beneficiarios que disfrutan de una casa más o menos confortable no les pica la conciencia y lo toman todo como bueno, no podrían convertirse en una especie de piojos con spikes revolviendo, picando, preguntando a quienes les entregaron la casa cuando se la terminarán para empezar a abonar mensualidades?

Aquí se aplica la sentencia: “Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña" e intentar pagar, lo más moral, lo más ético que pueda hacerse en estos casos.
Estas posturas de lado y lado son muy negativas porque arrastran indolencia y falta de acometividad por un lado; por el otro vivir sabroso como Carmelina, con el pretexto, no siempre injustificado: “no me la han terminado” eso no puede ni debe continuar.

La infracción del plan de ingresos por este concepto gravita sobre los presupuestos locales y las deudas cada vez más pesadas no van dejando de donde coger y así no podrá haber inversiones pues cada una de las demarcaciones debe aportar lo que les toca.

Lo peor: los plazos se alargan en el cuento de nunca acabar y debe primar la idea de que los planes son para cumplirlos para ello deben hacerse realmente objetivos, y jamás suicidas.

Recientes análisis en diversos municipios han puesto el dedo sobre esta llaga que afecta el erario público, por eso, de inmediato deben ser puestas al cobro cientos de viviendas ya entregadas, pues el dinero hace falta para cumplir con los gastos locales y olvidarse de la provincia para sufragarlos.

Aun cuando esta es solo una arista de la cuestión deben depurarse las viviendas en condiciones de cobro y accionar urgentemente, para eso hay comisiones en los municipios que deben pronunciarse ya, pues la lástima no resuelve las dificultades.

Los problemas pasados, no deben ser fantasmas sino buscarse la factibilidad de solucionarlos, y planear concienzudamente para cumplir y evitar amargas y embarazosas justificaciones, en la batalla por incorporar al presupuesto lo que este exige.

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