lunes, 17 de noviembre de 2008

Redimido por el arte


Texto y foto Luis Morales Blanco

Rogelio tiene grandes dotes para el tallado, las incrustaciones en madera y la música, pero sobre todo, ahora, es un hombre conocedor de cómo aquilatar cada minuto entre familiares y amigos. Ya no importa cual fue la deuda que un día contrajo con la sociedad pues esta ya quedó saldada.
La primera de sus aficiones le llego mirando catálogos con un amigo “y me dije: eso podemos hacerlo, nos pusimos a improvisar y salieron dos piezas pequeñas, en realidad veleros con un porte realmente marinero”, rememora.
En la marquetería reproducíamos imágenes de animales, paisajes, rostros humanos… eso nos daba oficio, aunque si pudiera participar en algún festival u otro tipo de evento similar me serviría como un modo de superación el intercambio de experiencias con otros creadores.
“Todo lo hacemos manualmente, inclusive las incrustaciones las logramos a partir de herramientas confeccionadas por nosotros mismos, según las necesidades de cada momento, pero en la manufactura de barcos sí usamos el herramental convencional.
“Las tonalidades las logramos a partir de maderas de diversos colores y texturas: cedro, caoba, roble y madera contrachapada, en alto o bajorrelieve de acuerdo con las características del objeto a reproducir.
“Me gano la vida como barbero, es bueno aclarar que todo lo anterior lo aprendí estando preso: a raíz de la emisión de la Orden 500… yo estaba ya en campamentos (en la escuela de oficios contigua a la fábrica Sakenaff) como en los centros anteriores hacíamos música con medios rústicos, los compañeros de la casa de Cultura de Bayamo, de conjunto con los órganos de prisiones, se enfrascaron en formar una brigada artística por campamento y de ahí surgió nuestro grupo al cual llamamos Por nuevos caminos.
“Cuando fue comprobada nuestra calidad nos pusieron a estudiar música (yo soy cantante y percusionista)… visitamos prisiones de Guantánamo, Santiago de Cuba, e incluso en la capital, también allá estuvimos en una tribuna abierta invitados por el propio ministro Abel Prieto, después Silvio nos mandó a buscar.
“A propósito: cuando el autor de Unicornio Azul hizo la gira nacional por prisiones ya casi todos estábamos en libertad, pero fuimos invitados, solo faltaba nuestro director, ya salió y la casa de Cultura esta gestionando para que realice una labor como promotor profesional y reorganicemos el grupo.
“Hacíamos música latinoamericana, rememora, a partir de números de la autoría de nuestro director Eduardo Téllez Mendoza, sin despreciar otras creaciones consideradas clásicas. Recuerdo con mucha satisfacción que en una oportunidad nos visitaron personalidades relevantes de la cultura cubana, entre ellas Jorge Gómez, director del grupo Moncada y Augusto Henríquez uno de sus más reconocidos vocalistas y decidimos homenajearlos, teníamos montada Mama güere y la interpretamos, ellos subieron al escenario y cantaron junto a nosotros… fue algo tremendamente estimulante.
“Otra anécdota: cuando Pablo Milanés vino a Bayamo hace pocos años no pudimos asistir al concierto y él pensó visitarnos en Sakenaf pero no pudo; fuimos nosotros a tocarle al hotel Sierra Maestra, tratamos de bailar en casa del trompo con Yolanda, Pablo le dijo algo al oído al asistente, él se aproximó al guitarrista y le dijo: “ No dejes de tocar”, movió una de las llaves y Pablo sonrió complacido, así son los grandes artistas, sin arrogancia alguna, a tal punto que nos felicitó y dialogó largo rato con nosotros.
Rogelio Suárez Hechavarría afirma: “La barbería el tallado, las incrustaciones, confección de veleros o la música son actividades que amo; igualmente estar entre los míos y aprovecho a plenitud, a todo pulmón, cada átomo de aire fresco por los nuevos caminos que decidí transitar”.



No hay comentarios :