domingo, 6 de marzo de 2022

Juzgar a las mujeres como sexo débil es calumnioso e injusto

Una docente, en  la Sierra Maestra, enamora a sus niños de la Biología.Foto Rafael Martínez


 
Cuando la tradición judeo-cristiana “moldeó” a Eva de la costilla de Adán, le asignó un rol secundario y de sumisión que, poco después de la Génesis, ella se negó a obedecer con la cabeza gacha.

 

Se le llamó Varona por ser “parte del macho”; pero ella, valiosa en sí misma, se yergue en cada instante y circunstancia. Así la queremos los hombres de bien.

Si durante siglos, la belleza física fue considerada único  atributo de la verdadera mujer, con “perfección” salpimentada por la sensualidad, hoy sin dejar de reconocer sus atributos, aquella imagen externa, descolorida, va cediendo en favor de quienes, desde la segunda mitad del siglo antepasado exigen y logran emancipación en ciertos casos a pasos cortos y sinuosos o en saltos trascendentes,  en otros  pero sin perder un ápice de hermosura espiritual.

La mirada a la mujer transita desde modelos para copiar en el ideal grecolatino hasta las que llegan a ser creadoras, incluso precursoras, como Enheduanna, princesa y sacerdotisa mesopotámica dueña de la primera obra literaria firmada de la historia (tercer milenio antes de Cristo). Adelantada a todo y a todos.

El mundo viejo, misógino, despectivo hacia las damas va quedando atrás, no sin esfuerzo, pero sumando voluntades se puede mucho.

Si la mujer fragua avenidas en toda la actividad humana, es muy deshonesta la pretensión de empequeñecerla, empañarla, escarnecerla por eso mismo… pero no hay temor ¡Nadie puede porque ella es lumbre, grandeza!

Lo más sabio, humano y altruista es arrimar nuestro hombro para marchar juntos por la vida, compartir sus sueños de equidad hacerla nuestra camarada, nuestro otro yo, sin que deje de ser ella misma, los hombres podemos ¡debemos! de hacerlo con la emoción y los conceptos nacidos del amor.

El resultado puede ser grandioso, ilimitado y fecundo en todo sentido.

Los cubanos tenemos el honor de contar en el firmamento nacional con glorias en el ámbito histórico, deportivo, social, artístico y literario, son esas mujeres que han situado a Cuba en el mapa mundial.

También contamos con esa dama que comparte nuestros sueños y aspiraciones, que nos engrandece y nos hace mejores personas, 

Honrémoslas en el día a día, y especialmente cuando el mundo celebra el octavo día de marzo como la consagración de reclamos y logros.

 O reconozcámoslas como hace el premio nobel colombiano Gabriel García Márquez: “En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces”.

No hay comentarios :