domingo, 2 de mayo de 2021

Engendro dantesco disfrazado de humanitario y moderno

Solo mentes calenturientas como las de los congresistas Mario Díaz-Balart, republicano y la demócrata Stephanie Murphy pudieron  presentar un engendro dantesco contra la familia cubana y disfrazarlo de humanitario y moderno.

Y solo a él, junto a María Elvira Salazar (su par en el feroz binomio anti cubano) anunciarlo y darlo por hecho a bombo y platillo.


¿Diferencias entre demócratas y republicanos? ¡Ninguna! y esta nueva desventura legal lo confirma junto al propio título: “Impulsan proyecto bipartidista en EE.UU. para reunificación familiar de cubanos”, ¡vaya tela! como diría un español indignado.

Señores leguleyos, modernizar no es complicar la vida a los solicitantes: ustedes proponen que la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo sea usada para que completen sus trámites quienes gestionaban aprobación para la reunificación y quedaron en el limbo en 2017 ¡Le zumba el merequetén!

Aclaremos: se entiende por embajada a una misión diplomática permanente, ello supone una representación de un país en otro, por supuesto, con el consentimiento del segundo. Y eso no es ni será  la ilegítima base naval impuesta en Guantánamo.

El enclave marítimo nació de la oscuridad obligada por  la Enmienda Platt, barbaridad rechazada por dignos patriotas independentistas e impuesta en 1901 por las artimañas del gobernador yanqui Leonardo Wood.

 Desde el triunfo de enero de 1959,  Cuba refuerza su motivo fundamental, la exigencia de la  devolución de  esa porción robada con amenazas.

La Base es punta de lanza en las provocaciones contrarrevolucionarias y los asesinatos de los soldados cubanos Ramón López Peña y Luis Ramírez López, ultimados por disparos provenientes del territorio ocupado. Otros resultaron heridos.

Por ello ultraja la pretensión de convertirla, a pepe,  en territorio diplomático.

Sigamos con las falsedades: "Miles de inocentes familias cubanas sufren la carga causada por la conducta impropia del régimen cubano y la falta de protección al personal estadounidense en Cuba", dijo Díaz-Balart, ¡No me digas, loser! (perdedor).

 ¿La conducta viril  e independiente de nuestro gobierno les  resulta  inadecuada? ¡Mira tú! ¿Ataques sónicos, según reportan algunos diplomáticos estadounidenses  y canadienses?  ¡Puras bolas! todos los análisis realizados por expertos norteamericanos y de patio desechan la falsedad.

Son bárbaras calumnias: Cuba es inocente y  observadores internacionales lo han  validado, salta a la vista solo el pretexto de Donald Trump, verdadero culpable, para romper el normal flujo de la emigración o el reencuentro de familias.

Los legisladores se muestran confiados en el éxito del proyecto, claro, se han visto tantos horrores  y manejos en la política exterior de su Tío Sam, secundadas por sus guatacones, que ningún disparate les asombra.

“También defiende y promueve la seguridad del personal estadounidense y prohíbe que los abusadores de los derechos humanos se beneficien del programa, indica un comunicado de Díaz-Balart.

¿Es que vendrían yanquis homicidas  de tantos negros y otras minorías a solicitar permiso? ¡Esos son los verdaderos abusadores!

Indudablemente esos congresistas pretenden ahogar con los gritos  de torturados y asesinados que encierran las paredes y rejas en Guantánamo sus hipócritas conciencias. 

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