Un cortocircuito y posterior incendio le cambiaron la vida a
Lourdes Medina Ricardo el 28 de marzo último, para mal y para bien, valga este contrasentido,
pues perdió todas sus pertenencias pero pudo comprobar en carne propia el beneficio de los valores humanos.
Esta
profesora del preuniversitario Julio Antonio Mella de Bayamo, salió como cada
mañana a preparar a sus alumnos de duodécimo grado para las pruebas de ingreso a la Educación Superior que ya están a la
vuelta de la esquina.
En
casa todos trabajan o estudian… un telefonazo sacó a Lourdes de la recapitulación acerca de diversos
aspectos de Literatura y Español que
intercambiaba con sus alumnos a modo de comprobación.
-¡Ven
urgente: ha pasado algo malo, pero no
hay nadie herido!- informó una de sus hermanas.
“Vine
sumamente emocionada -rememora Lourdes- un alumno me trajo en la parrilla de su
bicicleta, pero los chicos de mis dos grupos y todos los de “doce” grado pedalearon desde el pre para acá y
algunos llegaron antes que yo, después llegaron estudiantes y profesores de la
escuela, el pueblo entero estaba en la calle, ahí llegó una ambulancia para
atender a mi hermano Andrés que tuvo un
bajón de presión y a mí me atendieron y
medicaron, recibí ayuda de la psicopedagoga del seminternado de Ahmed, mi niño (Carlos Manuel de Céspedes) y después de una psicóloga que vive en la esquina.
“Cuando
los estudiantes vieron los destrozos
comenzaron a limpiar para que mi hijo de ocho años no viera el desastre, como respondieron
a un impulso no se dieron cuenta, o no sabían,
que se necesita un examen pericial cuando un hecho así ocurre y yo
estaba tan desesperada que ni cuenta me
di de tan importante detalle.
“Lo
limpiaron todo ¡el niño y yo nos quedamos sin nada! (solloza): cama canastillero,
cocina, vajilla, muebles documentos importantes documentos importantes
… Porque
todo lo teníamos ahí… yo hice un
apartamentico en el último cuarto, quedaron solo trocitos de madera humeante, el
sábado anterior había pintado y mi hijo estaba tan feliz con lo hermoso de su
casita que decía que parecía de gente rica…
Lourdes
habla entrecortadamente con voz
enronquecida por los azarosos acontecimientos: “Enseguida comenzaron a llegar
mis vecinos, mis compañeros de trabajo, las organizaciones de masas en el
barrio y el municipio, la dirección de Educación, representantes del Poder Popular del municipio
y la provincia con una frase llena de
hondura y cariño: ¡´Aquí estoy, ¿qué
hace falta?...´
Nuestra
charla queda interrumpida por un vecino, (mi pariente Mario Rodríguez que viene
a avisar de una llamada del exterior) a cada rato llega alguien, entre ellos la pareja de los pintores Sulliet y Amaury … quienes vienen con una cama y bastidor y recaban ayuda
para buscar un colchón…
Creo
que los daños hubieran sido mayores si a una de mis hermanas, licenciada en Estomatología
que iba parta el barrio de Caureje no se le queda un documento y regresa a
recogerlo ¡cuando se topa el fenómeno…
el calor no la deja pasar de la sala… las llamas eran tan altas que desde la tapia vecina nadie puede saltar, aquello fue
terrible, me cuentan…!
Mis
hermanas buscaron a Ahmed a la Academia de ajedrez y lo prepararon por el
camino, pero al verlo todo destruido la impresión fue grande, pero no le dio ni
tiempo a estresarse, porque los niños del barrio vinieron enseguida a
traerle juguetes (se parecen a los que él tenía), la compañera del bloque de la
Federación de Mujeres cubanas Graciela
Guillén Brull le trajo hasta un dado de Rubik que guardaba para cuando tuviera
nietos… todas las delegaciones del bloque han pasado por aquí para ayudar…
Solo
al día siguiente el niño me dijo: “Mamá, dime como pasé eso y entonces le
detallé todo…”
Lourdes
exhibía una sobria elegancia hogareña, con ropa a la
medida y dice: “Con amigos y compañeros así, se curan un poco las
desdichas: mis alumnas y sus padres volvieron a vestirme”.
Está
desolada, pero tiene una decisión: “El lunes
voy a reincorporarme porque mis alumnos me necesitan, las pruebas de ingreso no esperan…”
El
cortocircuito y el incendio laceraron su corazón, pero la solidaridad pudo más
y esta mujer con su hijo se levantan nuevamente a golpes de coraje y de valores
humanos…
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