domingo, 10 de febrero de 2019

El vaivén de las cinturas


Cualquiera podría pensar que con este encabezado me referiré a cómo se mueve esta parte del cuerpo al compás de un ritmo, presumiblemente dictado por tambores,  y muchos hasta se imaginan una conga y la  gente en plena danza…nada más lejos de eso.
Primero preciso una introducción para llegar al meollo del asunto: según todos los manuales de anatomía humana, “la cintura es la parte del abdomen situada entre el tórax y la cadera.
“Entre las personas con unas medidas proporcionadas, la cintura es la parte más estrecha del tronco. Desde el punto de vista anatómico es el primer segmento del miembro inferior -o pelviano- (…) La medida de la cintura hace referencia a la línea horizontal donde la cintura es más estrecha. La  complexión femenina tiene, por lo general, una cintura más fina que los hombres…”

Pero no es lo que deseo reseñar: hay personas que poseen un talle largo y otras, independientemente del sexo, lo tienen corto, pero es a la moda a lo que deseo aludir en este post y cómo la cintura ha subido y bajado con el decursar de la novedad y las costumbres.
Veamos mi propio caso, al tomar el ejemplo de mi padre usaba los pantalones, digamos  por encima del ombligo, hasta… que mis hijas crecieron y empezaron una ardua batalla para que los bajara.
Primero comencé a usar los pantalones a ras de ombligo pero seguían insistiéndome, hoy varios años después, constato que  me aseguro el cinto una cuarta por debajo del ombligo y me siento cómodo…  y lo mejor ¡ya no me dan cuero!
Después la cintura de los pantalones femeninos y masculinos bajó aún más y aparecieron los llamados pelvianos que a algunas damas le lucían bien y a otras no, y en los jóvenes sobre todo surgió una moda que dejaba ver los calzoncillos y el pantalón bajó hasta lo inusitado, hasta que se averiguó que en cárceles estadounidenses ese era un indicativo de que un reo  quería pareja lo que se divulgó hasta la saciedad en revistas juveniles y generales y lo de la cintura hasta los calcañales cesó.
Cuando mis hijas veían un temba con los pantalones casi debajo de la tetilla  en fotos filmes, o en vivo, tenían una broma un poco pesada: “¡Como ese señor tiene el pantalón hasta las axilas, va a llenar de transpiración toda la pretina! ¿Exageradas no?
Ahora el pantalón sube y baja a voluntad y ya la gente no se fija tanto pues hay una diversidad increíble de modas y modas, que conviven abigarradas o sencillas.




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