Su reloj biológico le avisa
que son las cuatro de la madrugada, se levanta sin prisa porque todo lo dejó
acomodado desde la víspera, prepara desayuno y almuerzo, cuela un retinto café
que la mantendrá activa desde las primeras horas hasta el ocaso y cuyas dosis administrará a lo largo del día y
compartirá con algún camarada.
Al dar Radio Reloj las cinco y media aborda el camión que junto al resto
de la brigada, la llevará a los tajos y
plantones donde sus compañeros extraerán el oro verde a las cañas a puro golpe
de las mochas que destilarán un dulce jugo.
En ese mismo instante
comenzará para ella su verdadera razón
de ser, pues aunque en el camino alertó acerca de cómo proceder en el campo y
otras charlas de salud, nuestra heroína hablará con los macheteros acerca
de cómo cuidar mejor su integridad del peligroso filo
del machete.
Porque, como ya adivinó el cibernauta
se trata de una delas veinte sanitarias de Salud Pública, presentes en cada
brigada de corte manual y a quienes
ahora rendimos homenaje pues, a propósito del incremento del corte mecanizado,
cada año serán menos, pero que podrán seguir brindando sus primeros auxilios en
otros frentes de corte, porque son imprescindibles.
La “sanitaria”, como las
muchachas de la cocina aportan el indispensable toque femenino en las brigadas
y pelotones y son a la vez hermanas, amigas, confidentes, consejeras….
Pueden ser abuelas, madres e
incluso alguna puede ser hasta novia; a la hora de los descansos, su voz se oye
sabia y aleccionadora aun cuando nunca pierde su alegría y su risa se une al coro
masculino ante un chiste…Puede llamarse Julia, María o Petronila o cualquiera de esos nombres al
estilo de Yumisisleidi, Yudenia o Mailén.
Así hasta el atardecer en que después de la agotadora jornada, si es
madura aún tiene tiempo para narrar un
cuento a uno de sus nietos, ver entre pestañazos el Noticiero Nacional de Televisión
pues ya no le queda cuerda para la telenovela y se va a dormir como una bendita…
Ese es el día a día de una
sanitaria en tiempo de campaña, cuando NO hay zafra ejerce otras funciones en la cooperativa, pero siempre con
la mira en la salud de sus compañeros.
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