Desde que se dio a conocer la noticia de la derogación de la política pies secos-pies
mojados por los gobiernos de Cuba y Estados
Unidos, las emociones fueron muy encontradas tanto en Estados Unidos como en Cuba.
La luz de la razón la
aceptó con beneplácito: se acabarían las muertes alevosas en medio del mar o a
manos de asesinos, terminaría el pago de
cifras fabulosas por un carné de identidad cubano, incluso terminaría el ostentar tomarse cientos de vidas, no como trofeo sino, como un modo de asistir
al tristemente célebre privilegio del acceso automático a la nación norteamericana
por los hijos de esta Isla, con una
legislación manipuladora llamada erróneamente de Ajuste cubano que roba
cerebros y causa luto.
Del otro lado están los rabiosos que no entienden ni quieren
entender lo humano de tal medida, que vilipendian a su presidente por “negro-comunista-amigo-de-los-Castro”
y toda una serie de sandeces, que sufren por “sus hermanos” que si llegaran a
sus puertas con la suerte del emigrado pobre en muchos casos serían tratados con la
frialdad del egoísmo y del desprecio.
Muchos de quienes se
fueron en paz de esta tierra porque los conocemos personalmente y sabemos que nadie se metió con ellos, hoy
para defender sus diatribas adoptan el ropaje de perseguidos políticos y hace 30
años tomaron la de Villadiego y vienen y van todos los años.
Otros ven languidecer un
negocio floreciente en el tráfico de personas que engrosa bolsillos y pone
en peligro las vidas incluso de niños y bebés y que disfrazan de política una
emigración netamente económica.
Otros aquí mimo en nuestro Caimán verde, verdaderamente algunos pocos, tampoco entienden la medida: cómo van a cerrar esos canales tan seguros, cómo
impedir que muchos más conozcan las bondades de ese sistema capitalista.
Evidentemente no leen, no ven televisión, no sacan enseñanzas de
programas tan controvertidos como Caso cerrado que aunque en general son una farsa, muestran las desventajas de los migrantes.
Satanizar a Obama y endiosar a Trump es otra de las aristas
de esta cuestión, el impredecible casi-presidente amenaza con “darle para atrás”
a esa medida… veamos con qué se lanza…
En resumen, miles de personas con un desempeño notable en el mundo
saludan el fin de pies mojados …
esperemos que la sensatez diga la última palabra o promueva la mejor opción.
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