Desde sus años mozos Alejandro
Ramos Pérez es muy conocido en Guisa y otras zonas granmenses como cantante y
organista; pero en la actualidad resulta
notorio su papel como mentor de noveles músicos junto a Yunier Leyva, quien
también es el director de la agrupación El Gallito.
“Preparo a los organistas
del grupo Los Serranitos en manivela técnica y Yunier lo hace en percusión”; con
las enseñanzas de ambos maestros los chicos ya están a la altura de sus coetáneos,
más experimentados.
El conjunto está integrado
por jóvenes de las enseñanzas secundaria
básica y técnico-profesional, “Ya hay preparada una segunda hornada de músicos
de Primaria para garantizar la continuidad”, dice Alejandro.
“Trabajamos con los más
jóvenes pues los organistas, mayoritariamente, frisan los 50 años de edad y esta
manifestación musical parecía perderse”,
valora.
Una faceta menos conocida
de Ramos Pérez es la de investigador de la música y de las tradiciones criollas
en toda la extensión del llano y las lomas guiseras.
“Así me consta -por ejemplo- que el primer órgano lo
trajo a Guisa el poeta Juan Manuel Reyes Alcolea…
"Ahora estoy concentrado
en el rescate de las reinas de los certámenes de belleza; tengo fotos y
documentación de cuatro de ellas e hice los contactos para entrevistarlas, pues
esta es una manifestación cultural que tampoco debe obviarse”, considera.
Hace cuatro años lidera a
un grupo cuyos integrantes realizan giras por distintos barrios del municipio
con mínimo gasto de transporte y otros
recursos, “es un piquete conformado por artistas
retirados o que ya no se dedican profesionalmente a esa actividad.
“La peña recibe el nombre Dimitri en concierto por ser este músico algo así como el líder de ese piquete de artistas”.
Pero, además, Ramos Pérez
impulsa peñas del danzón, del bolero “y cuanto ritmo cubano exista” con
actividades didácticas muy bien dirigidas a los ´más nuevos´ y entre esas
actividades está la enseñanza de cómo se
bailan estos géneros.
“Antes tenía mis dudas
pero ahora buscamos, indagamos incluso acerca del reguetón”.
Aunque jubilado como
músico, la incesante actividad investigativa es para Alejandro una nueva
forma de ver y disfrutar la vida.
Según
acota Ramos Pérez, en Guisa comenzó la tradición organillera en 1979 “pues nos
dimos cuenta que nadie podría suplir los músicos de entonces en caso de
jubilación o cualquiera otra eventualidad y comprendimos que la preparación ha
de ser incesante”, opina.
No hay comentarios :
Publicar un comentario